Fogata Cultural A.C. impulsa la lectura entre niños y jóvenes de colonias poblanas marginadas

Con la idea de fomentar la lectura en niñas, niños y adolescentes, creando espacios lúdicos y reflexivos que promuevan la equidad educativa, nació hace 24 años la asociación Fogata Cultural A.C.

“Comenzamos con la inquietud de reunirnos con algunos pequeños para leer juntos. Empezamos con folletos, cómics, revistas y otros textos que ellos mismos traían, y poco a poco fuimos avanzando a cuentos y novelas. Queríamos que fuera divertido, así que lo hacíamos al aire libre, en un terreno baldío. El lugar estaba lleno de basura y sin vegetación, así que tomamos la iniciativa de limpiarlo y reforestarlo, junto con el camellón de la calle donde nos reuníamos. Después de leer, salíamos tan inspirados que comenzamos a hacer lo mismo en otras partes de la colonia. Así, formamos un equipo que no solo leía, también reflexionaba, convivía con sus vecinos y sentía orgullo por su comunidad», cuenta Guillermo Durán, presidente y fundador de Fogata Cultural A.C.

La asociación nació en la colonia Tres Cruces, en Puebla, que en ese entonces, estaba en la periferia de la ciudad. A la par que hacían labores de limpieza y reforestación, la lectura se convirtió en un espacio de reflexión e intercambio de ideas. “Debatían sobre las decisiones de los personajes, imaginaban otros finales, cuestionaban las historias… sin darnos cuenta, estábamos promoviendo el pensamiento crítico y el diálogo abierto. Así empezaron a identificar problemáticas sociales parecidas a las suyas, y comprendieron que sí podían hacer algo para cambiarlas”.

Con el tiempo, los niños no solo leían: comenzaron a escribir sus propias historias. Se volvieron narradores de lo que vivían o conocían, y quizá a través de eso, también desahogaban sus emociones. Hace más de 20 años, la convivencia era muy diferente. Muchos venían con sus hermanos mayores o acompañados de sus padres, quienes también se involucraban en las actividades.

Durán recuerda que aunque la televisión ya existía como distracción, lo más valioso eran los juegos en la calle, la lectura y las charlas con los amigos de la cuadra.

El éxito fue tal que medios de comunicación de la época —radio, prensa y televisión— lo invitaron a contar su experiencia: ¿cómo lograba que los niños se reunieran para leer? Gracias a esa difusión, comenzaron a recibir donaciones de libros, árboles y otros apoyos. Fue entonces que la agrupación se constituyó formalmente como una Asociación Civil.

“También organizamos visitas a museos, excursiones a lugares naturales y actividades deportivas, recreativas y culturales. Siempre acompañados por las familias, porque para nosotros la convivencia entre padres e hijos es clave”, resalta.

Sin embargo, con el paso del tiempo y el avance tecnológico, la dinámica cambió. Hoy, muchos niños pasan horas frente al celular, los videojuegos o la televisión. Y algunos padres comenzaron a ver a Fogata Cultural como una especie de “guardería”, dejando a sus hijos por largas horas o queriendo enviarlos solos a excursiones. Eso obligó a la asociación a establecer reglas claras, priorizando siempre la participación activa de madres y padres.

“A pesar de estos cambios, no hemos perdido nuestros objetivos. Hoy promovemos que padres e hijos compartan actividades que fortalezcan sus lazos. Sabemos que eso se ha perdido en muchos hogares y ha traído conflictos y situaciones tristes”, lamenta Durán.

Para él, uno de los grandes problemas actuales es el abandono emocional: padres que, aunque trabajan para darles comodidades materiales a sus hijos, dejan de lado el tiempo de calidad en familia. A esto se suma el uso excesivo de dispositivos móviles y redes sociales, que distorsionan la realidad y dificultan la convivencia entre pares.

Durán hace un llamado: “Es importante que los padres busquen para sus hijos actividades que les ayuden a formar hábitos saludables, a moverse, a pensar por sí mismos, a dialogar con argumentos sólidos y no solo a seguir modas”.

Hoy, después de 24 años, varios de aquellos niños que participaron en las primeras fogatas llevan ahora a sus hijos. “Ver eso es muy emocionante. Por eso estamos preparando actividades especiales para celebrar nuestro 25 aniversario. Una organización con tantos años no es común, y nuestros objetivos siguen más vigentes que nunca”, concluye.