Por qué los actos altruistas generan bienestar emocional y mejoran la salud mental, según la neurociencia
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La neuropsicóloga Lucía Crivelli explicó en Infobae en Vivo que el altruismo activa circuitos de gratificación en el cerebro, genera felicidad y puede mejorar la salud mental al fortalecer la empatía y reducir el estrés.
Ayudar a otros no solo transforma vidas ajenas, también beneficia profundamente a quien brinda ayuda. Así lo explicó la Dra. Lucía Crivelli, neuropsicóloga, durante una entrevista con Infobae en Vivo, donde detalló cómo los actos altruistas tienen un impacto directo en el bienestar emocional y la salud mental.
“El altruismo es esa capacidad de dar simplemente porque quiero dar y no porque estoy esperando nada a cambio”, señaló Crivelli. Para la especialista, los gestos solidarios —por pequeños que sean— activan mecanismos cerebrales de gratificación que generan una sensación de felicidad y propósito, convirtiendo la ayuda en un poderoso antídoto contra el estrés y la ansiedad.
El cerebro altruista: dopamina, empatía y bienestar
Desde la neurobiología, la Dra. Crivelli explicó que ayudar a otros activa áreas del cerebro vinculadas con la empatía y el placer, como el cíngulo anterior y el área tegmental ventral. Al realizar un acto desinteresado, el cerebro libera dopamina, un neurotransmisor relacionado con la gratificación y la motivación.
“Después de ayudar, se activa la dopamina. Esa reacción del cerebro nos da felicidad y bienestar”, señaló la especialista. Este proceso explica por qué muchas personas experimentan una sensación de calma, alegría o propósito después de realizar una buena acción, incluso cuando requiere esfuerzo o sacrificio.
El altruismo puede aprenderse y multiplicarse
Según Crivelli, el altruismo no es solo un rasgo innato, sino una conducta que puede entrenarse. “Ayudar al otro puede volverse un hábito contagioso”, afirmó, destacando que cada acción positiva inspira a otros a replicarla.
Desde gestos simples —como ceder el paso, donar tiempo o escuchar a alguien que lo necesita— hasta compromisos más grandes, todas las formas de ayuda tienen impacto psicológico positivo.
Además, enfatizó que el altruismo auténtico no busca reconocimiento ni aprobación social. “Cuando la motivación es obtener aplausos o publicarlo en redes, eso deja de ser altruismo. Lo importante es que el acto sea voluntario y desinteresado”, aclaró la neuropsicóloga.
Beneficios psicológicos y sociales de ayudar
Diversos estudios respaldan que los actos altruistas fortalecen la salud mental, reducen los niveles de estrés y ansiedad, y fomentan un mayor sentido de propósito vital. Crivelli explicó que la ayuda mutua también cumple una función evolutiva: “Como especie, necesitamos que los demás estén bien para prosperar. El altruismo surge de la empatía y de la creatividad para aliviar el sufrimiento ajeno”.
Incluso las acciones más pequeñas —como ofrecer apoyo emocional o dedicar tiempo a quien lo necesita— activan circuitos cerebrales que generan bienestar interno y equilibrio emocional. “Ayudar baja el estrés y acerca a la felicidad”, puntualizó.
Un gesto que transforma
Para la Dra. Lucía Crivelli, el altruismo no solo cambia la vida de quien recibe la ayuda, sino también la de quien la ofrece. En sus palabras:
“Ayudar a otros produce bienestar interno, calma la ansiedad y da propósito. Es un acto que nos conecta con lo mejor de nuestra naturaleza humana”.
La ciencia confirma lo que la experiencia demuestra: el altruismo no solo mejora el mundo, también mejora la mente.
Fuente: Entrevista a la Dra. Lucía Crivelli, “Infobae en Vivo”, 2025.
